Enrique – Hijo

Enrique

Enrique Hillcoat, HijoNo solo lo hombres dedicados a la industria ganadera son útiles para esa clase de trabajo, sino también dedican su inteligencia y actividad a la administración de intereses colectivos, dejando como huella de su paso fecundas iniciativas, hechos proficuos. A semejanza de los antiguos patriarcas, pastores de rebaños y conductores de pueblos que dejaban los arreos de labranza para escuchar las quejas de su pueblo y administrar justicia, así nuestros modernos administradores comunales abandonan por un momento sus particulares asuntos para ocuparse de los asuntos de la colectividad. Nació el señor Enrique Hillcoat en Rauch Pcia. de Buenos Aires, el 5 de Noviembre de 1893, y en el campo de su señor padre Enrique R. Hillcoat, en el partido de Rivadavia realizo sus primeros trabajos ganaderos. Su inteligencia destacada lo llevo a ser honrado con el cargo de Comisionado Municipal de Rivadavia, para el que fue nombrado por el poder ejecutivo de la provincia de Buenos Aires en Mayo de 1918, desempeñando su cargo hasta Diciembre del mismo año. Terminado este periodo de labor comunal, volvió a las luchas ganaderas con la sencillez de un espartano, llevando en la conciencia la patriótica satisfacción de haber cumplido su deber.
Formado en la escuela del trabajo, a amante de todo lo grande, lo útil y lo bello, reunió sus actividades poniendo en todos sus actos la claridad de su conciencia y la pureza de sus procederes rectos. Por eso el señor Hillcoat encontró siempre surcos abiertos, en su vida llena de emociones, y el; como muchos de los que miran hacia ese porvenir de dulzuras, guardo para la realización de sus anhelos un pensamiento razonado, como punto esencial de su partido. Así es que para el esa vida de trabajo constituye una de sus mayores grandezas y ciertamente así debió entenderlo, cuando en esas tareas labro sus inspiraciones, dejando pasar los años tranquilizado por esa norma de conducta, que se trazara desde el comienzo del trabajo.
Y así interpretando esos sentimientos magnánimos, fue templándose poco a poco en las elevadas formas de deber y del patriotismo.
Dio principio a su labor en este suelo de riqueza que saben a provechar los que se dedican a cultivarlo y prestan sus energías en cualquier forma, para los frutos que debe rendir, cuando el arado empiece a destrozar los terrenos; en la que se ha depositado las mejores confianzas, anhelando una era de beneficios.
Hombre capaz de afrontar sus deberes con el más elevado razonamiento, se ha formado a su alrededor de una selecta rueda de amistades, los que no dejan de elogiar sus bellas condiciones morales, y destacándose en todos los aspectos de sus actos emprendidos se ha buscado un sendero, donde se avivan las simpatías de los que conocen sus merito, por que como siempre ha sido el hombre sencillo que sin hacer alarde de su normalizada conducta y sin pecar por petulancias, se hace conocer como una persona de respeto, en los diferentes tratos que tiene que sostener, adoptando en todos los momentos su afabilidad, y sin rango de orgullo por su posición.
“La hipocresía es la máscara con la que se cubren el rostro los que no saben ir contra el sol”.
Eugenio Cárdenas
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La providencia ha querido que la tierra sea la mansión de la felicidad; patrimonio del género humano es el error, y la desgracia su compañera.
Nocedal.

La república
Copia fiel de una revista del año 1920

Árbol genealógico de Enrique Hillcoat Hijo

Árbol genealógico de Enrique Hillcoat Hijo

Árbol genealógico de Enrique Hillcoat Hijo

Árbol genealógico de Enrique Hillcoat Hijo

Junto a Antonia Hija del primer matrimonio

Junto a Antonia Hija del primer matrimonio

Enrique Hillcoat con un amigo

Enrique Hillcoat con un amigo

Enrique Hillcoat manejando su Auto

Enrique Hillcoat manejando su Auto

Enrique Hillcoat con tres de sus hermanos

Enrique Hillcoat con tres de sus hermanos